Un acercamiento crítico al concepto de violencia "de género".

Morgan Freeman dijo en una famosa entrevista: "Black History is America History" (la historia de los negros es la historia de America).
Esta nota va a tratar sobre la mal llamada violencia de género y me pareció acorde empezar con esa frase, porque existen oportunidades donde distinguir, invisibiliza al otro.
El caso español es paradigmático. Desde la sanción de la Ley Integral contra la Violencia de Género, en 2004, la situación no mejoró en nada en la violencia contra la mujer y terminó por proteger a menos personas de las que perjudicó.
Esta ley ha dado toda clase de privilegios y beneficios a la mujer que denunciara a su pareja, desde dinero para ayudarle a pagar el alquiler, becas de estudio, lugares de estar en caso de escapar. Puede decirse que la LIVG ha generado una diferencia en la aplicación del derecho entre hombres y mujeres que es inconstitucional en todas las constituciones occidentales.
La LIVG logró invisibilizar la violencia contra los niños y contra los ancianos, así como también el tabú del suicidio. De esto no se habla porque las mujeres son las principales asesinas de sus propios hijos y contra los ancianos. La regla es: si la maltratadora es una mujer, se invisibiliza.
Como muestra, Cuca Casado para disidentia.com dice:
Con una simple denuncia se activan los mecanismos económicos:
y las ayudas y subvencionas animan a denunciar. La dotación para
la denominada “violencia de género” y su difusión y relevancia en
los medios de comunicación nada tiene que ver con el bienestar de
las personas sino con el beneficio privado que las ayudas
proporcionan a algunas asociaciones, que han hecho de la
Ley de Violencia de Género su medio de vida.
Como consecuencia de esta perniciosa ley se violan sistemáticamente
los derechos humanos, no sólo de los hombres afectados, sino
también de niños, abuelos, familias, etc. Y otro daño colateral de esta
ley es el infligido a aquellas mujeres que realmente necesitan ayuda,
que piden auxilio y no tienen las asistencias necesarias para salvaguardar
sus vidas. (1)
Este preámbulo sirve para justificar por qué es peligroso distinguir entre distintas violencias.
Hannah Arendt (1905-1976) fue una filósofa judía que escapó a los Estados Unidos una vez comenzada la 2da Guerra Mundial. Una vez finalizada la guerra, tuvo oportunidad de presenciar el juicio que se le siguíó al criminal de guerra Adolf Eichmann.
Eichmann era el responsable de la logística en los campos de concentración, para una rápida recepción y posterior muerte de los millones de judíos asesinados.
Ahora viene lo interesante. Arendt notó que Eichmann no era ese monstruo capaz de cometer tamañas atrocidades que todos imaginaban. Analizó la personalidad del acusado y notó que era posible que cualquier persona era posible de cometer monstruocidades, sólo dejando de pensar. A esta manera de actuar se la llamó "la banalidad del mal".
De esta idea se desprende que en todos nosotros existe la capacidad de ser bueno y de ser malo. La gran mayoría de nosotros, los humanos, reprimimos el mal interior.
Desde aquí podemos asociar al bien con lo pacífico y al mal, con lo violento. Si todos los seres humanos somos un fino equilibrio entre lo pacífico y lo violento, se concluye que la violencia misma es inherente al ser humano.
Esto no lo entiende el feminismo hegemónico. Entra en la lógica dicotómica donde las mujeres son seres de luz y los hombres potenciales asesinos, lleva a invisibilizar una realidad que permanece oculta a la luz pública: quien padece más la violencia es el hombre.
Señoras y señores, NADIE MENOS.
(1) Quiénes se lucran con la Ley de Violencia de Género https://disidentia.com/quienes-se-lucran-ley-violencia-genero/
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